Tras la conquista romana el paisaje agrario de la Gallaecia sufre importantes modificaciones con la instalación de un nuevo sistema de explotación del territorio, dentro del cual las villae constituyen su elemento más genuino. Estas instalaciones solían aglutinar edificaciones dedicadas al aprovechamiento, transformación y almacenaje de diferentes productos, ya sea agropecuarios o fauna marina, integradas en la Pars Rustica y la Pars Fructuaria, junto a la Pars urbana o Pars dominica. La Pars urbana, el área residencial ocupada por el dominus y su familia, incluía estancias para el descanso y divertimento de la familia del propietario y de sus invitados. En algunos casos la suntuosidad de estas partes es de tal magnitud que incluye baños termales, grandes áreas pavimentadas con mosaicos, patios interiores con columnas y otros elementos presentes en los palacios existentes en las ciudades romanas.
Estas villae conviven con asentamientos fortificados de época anterior, castros que se van transformando bajo los influjos romanos, y con nuevas formas de asentamiento abierto, como poblados, aldeas y alquerías aisladas. Tras la desaparición del Imperio Romano algunas de ellas perviven durante los inicios de la Edad Media. En la parte occidental de la Gallaecia, en el Conventus Lucensis, se conocen un buen número de establecimientos que se han determinado como villae, como las de Cambre (A Coruña), Centroña (Pontedeume), O Campón (Burela), Area (Viveiro), Roupar (Xermande), Doncide (Pol), Coea (Castro de Rei), Agro de Parapar (Nadela), San Vicente de Castillón (Pantón), Vilar de Sarria (Sarria), A Grade (Chantada) o Proendos (Sober). Las intervenciones realizadas en estos enclaves son desiguales, tanto en la extensión de las intervenciones como en los resultados arrojados. Pero, de modo general, podemos afirmar que su aportación al conocimiento del mundo rural en época romana no ha sido grande.
A pesar de su monumentalidad son restos de nuestro pasado poco reconocidos por la ciudadanía, las nuevas intervenciones llevadas a cabo en yacimientos de esta índole y las recientes investigaciones realizadas sobre restos romanos en el medio rural justifican la realización de estas jornadas. En las cuales se reflexionará sobre su problemática en el ámbito de la arqueología, así como en la socialización de este patrimonio excepcional.